RECUERDOS

Cerremos los ojos
y recordemos,
que la mente en ciertas fechas,
hacia atrás algunos pasos da.

Cuando ilusiones y sueños
eran más que vagos,
y junto a un árbol
o un nacimiento,
se vivían con fervor.

Cuando esperando
la magia de una noche
se lanzaban al aire
aquellos deseos,
para que una estrella
los guiase hasta el buen portal.

Cuando el colegio quedaba lejos
y aquellos días sabían a gloria,
a gloria bendita.

Cuando los paladares se refinaban
para deleitarse con suculentos majares,
dulces y golosinas,
prohibidos durante todo el año.

Cuando aquella inocencia
era mejor que ahora,
y aquella alegría era
signo de placer
y esperanza.

A QUIEN CORRESPONDA

¡Me das asco,
me repugnas!
Muchas son las que han caído,
¿Cuántas más van a caer?

Todas han desaparecido
rendidas a merced de tu crueldad.

¡Eres torpe!

¿No te das cuenta
que cada vez que la breas
rompes lo que más te quiere,
y vas cavando su fosa,
y la tuya?

Con cada golpe,
con cada insulto,
con cada vejación,
atentas contra cada una de nosotras,
dejando mermados
todos los valores
de una sociedad,
que por desgracia
ya está acostumbrada.

Porque no tienes la decencia
de mirarla a los ojos
y marcharte sin mas,
tienes que maltratarla,
vapulearla
y de quitarle la vida,
que por cierto,
no es tuya
sino de ella.

ÚLTIMAMENTE

Últimamente he visto cosas
Que han me han agudizado los sentidos.
Pero también he visto otras
Que me han sometido
Al sopor más asqueroso
Y nauseabundo
Que sentí jamás.

DANZAS MACABRAS

De la gran oscuridad
resurgen cada cierto tiempo,
miles de seres astados
volteando majestuosas hogueras.
Moviéndose sin parar
al ritmo de los tambores,
van dando paso
a tales danzas macabras,
rindiendo pleitesía
a su amo
y señor Belcebú.

Estas satánicas bestias
invocan en esta noche,
todo el poder del maligno
para así desatar
la gran desgracia universal.

Custodiados por el fuego y la Luna,
toda la maldad se reúne
para enervarse ante Dios,
mostrándole así
su insultante fortaleza,
que hará que la noche
perdure hasta el fin de los tiempos.

PENSANDO…
Una persona
carece de atención,
se encierra en su mundo,
se pierde en la vida.
Su vida no es eterna
y no la ve con buenos ojos.

Se hunde,
se pierde.
Vagabundea por la vida.
La vida le aprecia
pero Ella no tanto.

Se lamenta.
El lamento se vuelve llanto,
el llanto se vuelve nada.
La nada se vuelve risa
y la risa se transforma
en una sensación desagradable,
queriendo haber nacido
otra persona.

Y piensa:
¡Qué libre es el aire,
ni se ve, ni huele, ni sabe,
solo se siente!

Cati Sampol Frontera.