EL SITIO DE MI RECUERDO
Lejos de la presencia viril,
de la comisura de sus labios,
aún más cerca del desdén
que provoca su recuerdo.
Ahí es donde puedes encontrarme:
rogando al poderoso,
mande a sus lacayos
recoger las saetas
que un día lanzadas,
alcanzaron un corazón
que se cansó de amar.