lunes, enero 29, 2007

BOSTEZOS DE CIUDAD

Se despierta entre bostezos,
insolente, la ciudad.
Un cierto hedor
surge de sus entrañas,
envolvente.
Desérticas sus calles,
infunden cierto sosiego.
Un desolado paisaje
de variopintas antenas,
produce un escalofriante
y estremecedor atentado visual,
al cual aún
no he logrado acostumbrarme.

A lo lejos,
los viejos campanarios
rompen el mutismo matutino
y saludan a la gente
con sus puntuales campaneos,
dándole alegremente los buenos días.

Y salgo al balcón
intentando que mis pupilas
puedan encontrar en la distancia
algo más
que detestables azoteas cornudas,
encontrando así otro paisaje
mucho más apetecible.

El mar está especialmente hermoso.
Los destellos de sol sobre el suave oleaje
pueden verse en el horizonte,
con su toque metálico.
Y la bahía espléndida , maravillosa.

Atestiguan que todavía
hay más vida que la mía,
los pescadores con sus barquitas
sobre el mar sereno.
Y como no los perros,
que con sus amos
realizan el paseo matinal.

Ya sólo me queda pensar,
qué puede ofrecerme esta urbe
en este estupendo día
cargado de soledad,
aunque también tranquilo.

sábado, enero 20, 2007

HIJOS DE LA GRAN IDIOTEZ

Hijos de la gran idiotez,
a vosotros que habéis mutilado
tantos amaneceres
y otros desaparecidos,
la luna os ha guiado
siempre vuestro camino,
mas habéis ocultado su luz
para que no guíe el de otros.

¡De la gran idiotez sois hijos!
De vuestra madre habéis heredado
la gloria y el poder
de que hacéis gala,
habiendo hecho callar voces
que no se oirán jamás.
Cada vez que vuestros anónimos nombres
resuenan en la oquedad,
vierten ácido sobre todo
aquello que se agita
contra dirección.

Vuestras bocas albergan
insultantes y viperinas lenguas
con las que atrapáis
a los más vigorosos seres.

¿Recordáis cuando nacisteis o
sabéis como moriréis?

Nacisteis de una madre
como todos los seres,
aunque le fuisteis arrebatados
por la que creéis
la más perfecta
la más sublime,
la superior.

Despreciables y odiados
hijos de la gran idiotez.
Moriréis peor que parásitos,
como una víbora
inyectándose su propio veneno,
con vuestra propia medicina.

Aciago es el futuro que os auguro,
porque no existe en esta vida
nada peor que teneros aquí,
entre nosotros.

domingo, enero 14, 2007

DULCE VIAJE

Me gusta observar
el crepúsculo del día,
mientras deja una estela dorada
en la gran pantalla de mi coche,
después de la intensa lluvia.

Yo no conduzco,
no sé.

Y por eso
permito deleitar mis pupilas
con tanta insignificancia.
Pensar en los primeros rayos de sol
me reconforta enormemente.
Sentir su calor,
candente,
con tan imponente virilidad
que aviva el ánimo.

La dulce sintonía del silencio
me acompaña en el viaje,
y provoca en mí
una sensación indescriptible.
Mis ojos
aún algo soñolientos,
gozan del hermoso paisaje
rejuvenecido por el agua caída.

Y en ocasiones
me da por pensar,
que tantas pequeñas cosas
engrandecen la esperanza
de que
algún día
seremos felices.

jueves, enero 04, 2007

¿QUIZÁS SÍ?

El camino es tortuoso
y el Mar está encrespado.
No quedan más salidas.

Deberé quedarme en este lugar
donde pereceré,
seguro.
Mis ojos
ya no pueden vislumbrar el paisaje.
Siempre pensé
que nunca llegaría a verlo
en toda su extensión.
¿O quizá si?

Hoy,
por una vez,
las primeras luces del día
no han cegado
mis pequeños ojos,
dejándome observar
el inmenso horizonte.

lunes, enero 01, 2007

DE MENTE

¿Qué esta ocurriendo en tu cabeza
que ves luces,
ves sombras,
oyes…
voces?
Cuando cierras los ojos,
percibes como te golpean la testa
fuertemente, sin descanso.
Luego los abres,
jadeante,
como si quisieras
escapar de algún fantasma.
Te sientes acorralado,
débil, indefenso,
cual transeúnte
perdido entre la espesa niebla.
Te arrastras
hacia una densa oscuridad,
tanto que podría cortarse.
Los ojos desorbitados
muestran una aterradora desesperación
que empieza a ser insostenible.
Dices que alguien te persigue,
te observa a escondidas,
sigue cada uno de tus pasos.
Y que cada noche
mientras duermes,
se bebe un sorbo de tu alma
para así convertirte,
(como él)
en un espectro.