lunes, julio 28, 2008

RÉQUIEM

Sólo cruzar la puerta,
oigo un susurro
que resuena en la oquedad:
El amor ha muerto.

Un escalofrío recorre mi cuerpo.
Pavorosa
avanzo con dificultad
los peldaños que me llevan a una estancia
de esta maldita casa,
que se me antoja abominable.
En sus paredes sigue resonando
esta desgarradora voz,
una y otra vez:
El amor ha muerto.

Entro en la habitación vacía,
no noto su calor,
sólo su ausencia.

Es en verdad
que el amor ha muerto.


Réquiem por él.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En "En el amor duele" el amor siempre es acompañante y en "El síndrome de Penélope" el amor siempre es superviviente a la vida y a la muerte.

El amor no muere,
no hay réquiem,
es la ilusión
la que se detiene.

Incluso en la última estrella del universo hay amor, ¡es cierto!, allí arriba existen señales de luz.
Pss... por las noches... aveces se ven cuando las nubes se dispersan.

Ulises lo sabe muy bien.
Ulises sabe que las palabras de ayer siguen siendo las de hoy.

Hubo en un pueblecito pesquero muy pequeño pegado a la costa de la mar sus habitantes llorar porque las barcas no regresaron con sus gentes de la mar entonces todo el pueblecito se puso a llorar. Entonces una buena mañana salío Bibi, la tortuga marina milenaria, que muy sutilmente les reprochó:
- ¡No sabéis porque llorais!
y que muy sutilmente les preguntó:
- ¿O a caso habéis visto alguna vez de luto el arcoiris vestir?
Y Bibi concluyo:
- Vuestros hombres no son dignos de vuestra pena, más se merecen la fuerza de vuestra ilusión, ¡si es que os queda algo de vuestro amor propio!, si lo que queréis es que regresen.

Bibi.

CatiSampolFrontera dijo...

Hola Bibi:

Preciosa historia llena de mensaje esperanzador y de los que hacen pensar.

Si, es verdad que podemos encontrar amor en gran parte de las cosas pero, ¿amor pasional?, ese, ese muere de vez en cuando, eso si, para luego resucitar al tercer día. O eso es lo que una espera.

En cuanto a Ulises, a veces no deja de ser una leyenda, y como tal, nunca llegamos a saber si ha sido o no verdad aquello que cuentan.

En fin, que nacemos para morir, vivimos para amar y morimos de amor. Eso es la vida. Siempre nos queda la dignidad con que alimentarnos. La "tortuguita" era sabia.

Gracias por tu visita y espero que te hayan gustado los poemas.

Hasta la proxima, espero.

Un saludo.