QUIÉN ME CUIDA A MI
Quién me cuida a mi
si bebo de la perenne sombra.
El musgo estéril
percibe el dolor del suelo
y el suelo
sabe que no hay sustento.
Ya nadie me tropieza
ni me pisa,
ni me calcina.
Hablo a las demás piedras,
no me responden.
Gimo tres veces
y tres veces me endurezco.
Sólo el gris- azul
sabe cual es mi nombre
para gritarlo
cuando sea polvo.
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